martes, 24 de junio de 2014

UNA ESPERANZA EN MI CAMINO


Radiante luz llevaste a mi corazón,
Derrepente sanaste todas sus heridas
Hoy, nuevamente late al son de la ilusión
Basta tu presencia circunstancial.

Divagaba ya en sombras frías
Todos mis sentimientos, todas mis pasiones
Hoy me siento virtuoso, feliz al verte
No es, pues, el amor, planta de largo aliento.

Pende de ti, todo mi futuro sentimental,
Esos días sombríos, esas noches tristes
Han sido raudas ante tu luz radiante.
Hoy tengo certeza de conocerla a ella
Esa felicidad que siempre me fue esquiva.

No es tarde, ni temprano saber que te amo.
No es tarde, ni temprano para darte amor,
Esperanzas e ilusiones pintan mi mundo,

Todo, todo lo dedicaré a ti por siempre.
CUANDO NOS VAMOS



Todos tenemos profundos momentos de dolor,
bajamos a las profundidades de la soledad.
Las llamas de un infierno calman nuestro ser,
ni el llanto, ni el lamento amengua nuestro dolor.

Dios santo perdónanos, suplicamos,
creemos que es castigo divino,
mas todo es la cruda realidad de vivir
de rodillas, despedimos a nuestros seres queridos.

Todas éstas experiencias nos preparan,
Debemos entender el sino que nos espera,
terca humanidad que jamás vislumbra el devenir,
las ansias de poder y el dinero, consume tiempo de vida.

Camina lento y seguro, aconsejarán
nada, nada compensará esos vacíos;
nacimos llorando, lloraremos en cada despedida
bedito el llanto que es pleitesía a vivir.

Siempre la esperanza nos conformará,
la medida del dolor no existe para nadie,
cuanto él nos ayuda a construir ese ito

y así nuestras vidas  no son indiferentes, al retirarnos.