martes, 13 de octubre de 2009

Tabaco


Somos todos hijos de Dios,
los que recibimos su bendición
al nacer de nuevo en El,
nuestras vidas el guiará,
la verdadera felicidad, solo Dios
nos la puede dar;
y nuestra heredad está arriba,
junto a El nuestro Señor,
más los vicios el diablo propicia en ti,
tentándote a caer;
una y otra vez.
El tabaco es tan solo
uno de ellos que,
solapadamente te induce a pecar;
reflexiona, piensa un momento,
piensa un momento,
no te dejes dominar,
sal de la oscuridad, huye del mal.
Los placeres son los pasajeros,
que incrementan en ti;
su mal sano poder,
para tu vida destruir,
convirtiéndote así en vicioso total
y en un ser antisocial.
Cuando su mal sano poder,
te condena a la asfixia temporal,
cada día con mayor intensidad,
una tortura más cruel no la hay.
Te asfixia hasta casi morir,
lentamente arruina tu ser,
es un demonio que hasta quisiera hacer,
que reniegues de Dios nuestro Señor
Tienes que renunciar,
y huir, dejando ese mal,
pedirle a Dios, que se haga su
voluntad en ti;
solo Dios te dio en su santa voluntad
la vida, es un regalo
que tienes que cuidar,
atrapado estás,
solo Dios, puede liberarte del mal;
tienes que buscarlo a El
esperándote está,
nuevas fuerzas te dará,
porque te ama,
y desea que seas feliz.
Dios, bendiga a todo aquel,
que se esfuerza en El,
por evitar el mal;
porque te ama y desea
que seas feliz.

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