Colca, Colca,
cañón profundo,
herida profunda
del orbe en el que habitamos.
Cerca, cerca,
llegaste al centro,
maravilla y belleza
encierra la obra del divino
que puso su mano y te creo.
Hoy maravilla eres,
todos quieren verte,
tienes cual candelabros,
tus volcanes
que iluminan tu cielo.
Periódicamente
nieves perpetuas,
en tus elevadas cordilleras,
te sirven de soldado,
que te hacen guardia
reflejando en ellas
la luz del sol dios de los incas.
La luna arroja su luz
sobre las nieves perpetuas
de tus soldados,
con sus destellos
iluminan el bello azul de tu cielo.
Las aguas que corren
raudas en tu profundidad,
marcan cual final,
esa huella profunda;
estarás en mi mente eternamente.
Colca, Colca.
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