martes, 3 de noviembre de 2009

Padre, padre


Hombre que ayer
Fuiste joven
como yo, hoy.
Padre me diste vida
Alimentaste mi cuerpo, mi alma
Trabajaste para yo vivir
Sano y salvo
Tu cansancio nunca lo note
Tus brazos y tus sonrisas siempre estuvieron presentes,
Siempre, siempre alentaste mi vida.
Cuantas noches no dormirías
Cuantos días cansado aun trabajabas,
Me ayudaste a hablar, cuando aún no podía hacerlo.
Añorabas verme correr,
Cuando lloraba tu me izabas en tus brazos,
Me transmitías fuerza, inteligencia y poder
Hoy te veo más grande y más fuerte que ayer.
Somos dos para enfrentar la vida
A Dios agradezco tener un padre como tú,
Siempre le ruego te de vida y salud.

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