martes, 9 de mayo de 2017


Tu hijo, César Corrales Degregori, 
te saluda en tu día, 
siempre estás presente en mi mente, 
en mi alma y mi corazón.
Gracias por todo lo que me diste, amor, esfuerzo y atención permanente, como estoy seguro es hasta hoy.


A mi Madre en su Día

Madre madre mía
Te ausentaste así
como lo hace el verano
el invierno, la primavera o el otoño
todo todo fue diferente
Sin ti la soledad me acompaña
ya nada, nada igual es
tu presencia llenaba mi corazón y mi alma
de fuerza infinita
y veía el mundo simple y fácil de alanzarlo todo
dulce madre mía, naciste para tenerme y construir mi felicidad
recuerdo aun a pesar de los años pasados
tus caricias, tus palabras y perdones mil
bondadosa, cariñosa eras madre mía
y yo no sabía, aun, las difíciles barreras que superar tenias
para darme, alimento, seguridad, educación
sobretodo tú calor y cariño infinito
como era un niño
con solo tu presencia me fortalecía aun ahora se,
se que estas tu pendiente de mi,
de este tu niño aun,
que te quiere, te añora y adora
agradeciendo siempre que estés cerca muy cerca de mí
ayudando a este tu niño, tu hijo ya hombre
a enfrentar los vaivenes de esta vida
hasta que nuevamente cerca de ti renacerán mis alegrías.




MI MADRE



En esta vida, sólo existe un crisol incomparable,
una prenda invalorable, un sabor indescifrable.

Dulce, dulce como la miel, que a pesar de ello no puedes más
y quieres volar, volar, lejos, lejos, por la fuerza heredada de tu ser.

Madre, madre mía, te extraño, te extraño tanto, como si fuera ayer,
como si hiciera sólo un instante que dejé de sentir tu calor.

Ese amor maternal, sin igual, esa fuerza casi celestial que me dabas
al mirarme, al tocarme o acariciarme y yo, yo siempre queriendo andar, andar.

Buscando que cumplir en este mundo con la razón de nacer y vivir
hasta cumplir con ese designio de ser producto divino de tus entrañas.

Sin Nembargo cuanto tiempo perdi, oportunidades de estar contigo,
gozando, gozando de tu amor, madre, madre mía, sólo Dios sabe.

Si perdí o sólo cumplí como ser con mi razón de vivir, vivir,
después de nacer, traído por ti para hoy extrañarte y quererte más y más.

Ese amor semejante al dulce de la miel que ansiamos consumir
, finalmente es imposible seguir y tenemos que continuar con nuestro vivir.

Jamás, jamás se olvida ni se dejará de ansiar nacer, ser niño otra vez,
solo, solo para sentir tus caricias y volver, volver a ser feliz otra vez.

Madre, madre mía donde estés
tu hijo te extrañará y querrá más y más …



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