martes, 13 de octubre de 2009

Helen


Helen, eres tú bella doncella,
sólo Dios pudo hacer,
de ti, una linda mujer;
no es tu culpa ser
como flor de primavera,
tampoco tener sueños de ilusión.
Hay en tu mirada, también en tu voz
dulces palabras, que salen del corazón,
tu bello andar me hace suspirar,
dejando vas, fragancia sutil.
A veces estás alegre, otras contrariada,
por excesos de atenciones o miradas,
que casi siempre son atrevidas,
perdóname si las mías te causan
sensaciones no queridas.
Debes de saber que el sol te dio su luz,
la luna su eterna ternura.
Las estrellas te dieron el brillo
deslumbrante de tus ojos
y su sonrisa está llena de sublime dulzura.
Helen, eres tu una linda doncella,
solo Dios pudo hacer de ti una linda mujer,
no es tu culpa ser, como flor de primavera,
tampoco tener sueños de ilusión,
si supieras que sintiendo estoy,
dentro de mi alma, una loca pasióni,

quisiera que, me des
la oportunidad de tener tu amor.
El tiempo y las condiciones,
Quizás están erradas,
sólo dame la oportunidad
de hacerte feliz;
el laberinto de la vida,
ha esperado tanto tiempo,
para encontrarnos en condiciones
tan diferentes uno del otro;
quiera Dios y las Hadas,
darnos felicidad eterna en el Edén
del cielo donde no hay diferencias.
Para las almas, que aún
sin saberlo, unidas están,
solo Dios, sabe lo mucho que te amo,
te amo, te amo…

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