martes, 13 de octubre de 2009

A los amados corruptos


Estamos sordos, jodidos y podridos
dirían nuestras almas si hablar pudieran;
y si pudieran hablar,
sería una algarabía de tristes lamentos,
quejidos mil, y no porque derrotados estemos,
sino que sólo de esperanzas
no podrían tener alegrías;
y porque saben que niños(as), jóvenes y viejos,
estarán con ellos algún día;
sin llevarse nada de este mundo
que acrecienta su santa felicidad,
salvo una larga, larga lista de latrocinio
maldades; y a Dios santo hay que hablarle
con bondad por su grandeza y magnificencia
quizás, quizás, cual milagro los corruptos y ladrones
que nada dan, serán castigados como Adán;
siendo arrojados, siendo votados,
¡cual alimañas malditas! de esta tierra bendita.

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