martes, 13 de octubre de 2009

Ven, ven


Botón de rosa,
sirena hermosa,
Diosa del amor,
ven a mí mujer preciosa.

Te vi, te vi,
impresionado quedé por tu figura,
tus ojos fulgurantes
cual estrella en noche oscura.
Tus labios rosa, que miel esconden;
tu busto, pareciera ir delante,
agitado y caliente.
Tu talla configura con tus caderas,
líneas hermosas que al caminar
pareciera derramar notas celestiales,
que llegan raudas a mi corazón y mi alma,
se aceleran mis latidos,
mi razón se confunde, y solo pareciera
percibir tu nombre.
No sé, no sé;
si algún día tu dios y el mío
permitan, estar cerca de ti.
Tocar tu piel,
que adivino suave, sedosa,
que harían que alcance
el cielo y la gloria.
Donde finalmente
con la bendición recibida,
tengamos felicidad eterna.

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