No soy poeta,
Soy el cincel
que rompe la piedra,
que rompe la roca
corrupta y corrompida.
Soy la orca,
que rompe los cuellos.
Soy el látigo que castiga
al corrupto, al ladrón.
Soy la bayoneta,
Soy el fusil,
Soy el cañón,
que destroza y mata
al corrupto, al ladrón;
a aquel, que cual
gusano consume,
el tiempo y la oportunidad,
el futuro de los pueblos;
de sus gentes,
apropiándose de sus economías,
para ingerirlo y botarlo,
cual cieno asqueroso
Soy el cincel
que rompe la piedra,
que rompe la roca
corrupta y corrompida.
Soy la orca,
que rompe los cuellos.
Soy el látigo que castiga
al corrupto, al ladrón.
Soy la bayoneta,
Soy el fusil,
Soy el cañón,
que destroza y mata
al corrupto, al ladrón;
a aquel, que cual
gusano consume,
el tiempo y la oportunidad,
el futuro de los pueblos;
de sus gentes,
apropiándose de sus economías,
para ingerirlo y botarlo,
cual cieno asqueroso
¡Que ni los chanchos comen!
sin servir a nadie
ni para nada.
Soy quien camina
en el mundo, ¡solo!
pero bendito,
¡Porque soy!
el que hace pedazos,
al corrupto, al ladrón.
No clamo justicia,
porque la justicia de los hombres,
no regenera, no cambia;
ni mejora la humanidad.
¡Soy el rayo!
¡Soy el relámpago!
¡Soy la lava ardiente de los volcanes!
que calcina, que hace
que ardan cuerpos corrompidos
y perversos,
¡Soy la balanza de la justicia!
¡JUSTICIA DIVINA!
¡JUSTICIA DE DIOS!
sin servir a nadie
ni para nada.
Soy quien camina
en el mundo, ¡solo!
pero bendito,
¡Porque soy!
el que hace pedazos,
al corrupto, al ladrón.
No clamo justicia,
porque la justicia de los hombres,
no regenera, no cambia;
ni mejora la humanidad.
¡Soy el rayo!
¡Soy el relámpago!
¡Soy la lava ardiente de los volcanes!
que calcina, que hace
que ardan cuerpos corrompidos
y perversos,
¡Soy la balanza de la justicia!
¡JUSTICIA DIVINA!
¡JUSTICIA DE DIOS!
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